Salimos del
instituto hasta la Plaza Mayor. De allí fuimos al actual Ministerio de Asuntos
Exteriores y Cooperación, después seguimos por el colegio San Isidro y su
capilla y por el llamado cruce peligroso que aparece en el libro: “Tuerto,
maldito y enamorado”. A continuación pasamos por un edificio en el que nos
imaginamos que sería supuestamente la
casa de Elisa, la protagonista del libro de Rosa Huertas. En la misma esquina
estaba el Teatro de la Latina.
Seguimos
bajando hacia la plaza de Moros. Nos encontramos de frente con ese puente donde se suicidaba todo el mundo antes (Viaducto).
Subimos a la plaza de la Villa y pasamos por la calle del Codo. Finalizamos en la Plaza Mayor,
de nuevo.
Nos acordamos de que pasamos por calles tan llamativas como
por ejemplo la calle del Codo, calle del Cordón, calle Madrid, calle de los
Mancebos, calle del Salvador, calle de las Huertas, calle Lechuga, calle Lope de Vega, calle Cervantes y calle
Quevedo.
Se nos
quedaron grabadas tres curiosidades que se contaron. En primer lugar, que en
aquella época existían dos corrales de comedias que competían entre sí. En segundo
lugar que había un teatro pintado (en la medianera de una calle) que parecía como
si fuese una prolongación de la misma calle (trampantojo de la Calle de la Cruz).
Y, por último, que el origen del nombre de las calles, de entonces, se basaban en
los edificios principales o en las actividades que allí se realizaban. El monumento
más relevante que nos encontramos fue la estatua de Felipe III en la Plaza Mayor. La mayor parte de los edificios que nos encontramos eran iglesias y palacios
barrocos. Sus fachadas destacaban por su
simetría y amplitud.
Nuestras
impresiones fueran bastante distintas y particulares y aunque las hayamos puesto
en común no son las mismas. En general, pensamos que a pesar de haber pasado
muchas veces por todos esos sitios no sabíamos nada acerca de ellos. Y gracias
a esta visita guiada nos hemos interesado por ellas y hemos aprendido bastante.
Como ejemplo, una de las anécdotas que
más nos llamo la atención fue que la calle donde vivía antes Lope de Vega ahora
se llama Cervantes, y la calle donde vivía antes Cervantes ahora se llama Lope
de Vega. Sabiendo que eran rivales y que no se llevaban nada bien.
La vuelta como
en todas las excursiones es lo mejor porque vuelves a casa. Es probable que se
nos olvide mucho de lo que nos habían enseñado durante la excursión. Es más
cuando hemos empezado a trabajar en el proyecto hemos tenido que esforzarnos bastante porque nos acordábamos del recorrido pero no de los
nombres de las lugares y sitios que
habíamos visto.
En definitiva,
no es por echarle cara, pero hemos observado que los alumnos aprenden más en estas
excursiones que en tantos días de clase,
clase y clase. Porque cambiar de rutina más a menudo sería bueno. Lo menciono
por si queréis tomar nota.
Fotografías de la entrada y del vídeo y texto originales elaborados por el grupo de alumnos compuesto por Andrea, Mónica, Daniel y Fatima de 3º C. Corregido mínimamente por el profesor y con sus acotaciones entre paréntesis.
Fotografías de la entrada y del vídeo y texto originales elaborados por el grupo de alumnos compuesto por Andrea, Mónica, Daniel y Fatima de 3º C. Corregido mínimamente por el profesor y con sus acotaciones entre paréntesis.
Excelente trabajo. ¡Felicitaciones!
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